Por Asociación Civil El Ágora (*)
A esta altura de los hechos, de los
resultados, con las cartas puestas sobre la mesa y con los principales
responsables echándose culpas mutuamente, resulta necesario parar la pelota y
hablar del fondo de la cuestión.
Sofía
no es un problema coyuntural, no es un caso aislado ni mucho menos un
“inconmensurable de la vida” (palabras del ex Juez Gustavo Jensen, sobre el
caso Carla Figueroa). Sofía es el
fondo de la cuestión. La muerte de esta niña reveló, una vez más, la existencia
de un Estado que improvisa, no se compromete con sus problemáticas y no admite,
en ningún caso, su responsabilidad.
Por
eso, es preciso que los tres poderes del Estado, en lugar de aportar soluciones
coyunturales, ligadas a casos concretos, generen iniciativas que revistan
cierto grado de estabilidad, con programas de actuación enfocados en el
desempeño general y específico de las áreas relevantes. Estas políticas, por el
bien de la mayoría, no deben diseñarse sobre la base de la significación
particular o periodística que el caso implique, y mucho menos responder a contiendas
pasajeras o privadas. Las políticas que se exigen deben construirse sobre
temáticas que revistan trascendencia social e institucional.
El
Estado pampeano, íntegramente, ha demostrado un total desinterés en formar y
fomentar a sus operadores y funcionarios,
por ejemplo, en políticas de género. Ni cursos, ni tarjetas rojas son lo que
hacen falta. En este caso -y en muchos más, que sucedieron y en otros que,
tristemente, habrán de suceder- verdaderas políticas públicas, educativas, de
salud, hubiesen salvado la vida de Carla Figueroa, Sofia Viale, Andrea López,
Silvina Ocampo y la lista es mucho más larga, si nos ponemos estrictos. Tampoco
hay observatorios oficiales y mucho menos estadísticas fehacientes que permitan
abordar cada problemática con eficacia.
La
niñez, la pobreza y las mujeres, para asombro de algunos, existen en La Pampa. Cada
uno de esos grupos, vulnerados por antonomasia, son víctimas seleccionadas
sistemáticamente para pagar las culpas de la ausencia del Estado. Un Estado que
aparece en escena siempre y cuando la línea argumental venga del brazo de su
aparato represivo. Al respecto, queremos ser claros: que este
hecho evitable no haga reaccionar a los nostálgicos de siempre y que Sofía no sea
la excusa de turno para la "mano dura”, que de esa sí saben y mucho.
Ministros,
Fiscales y cúpulas policiales, que responden las más de las veces a una especie
de linaje político, supieron defender sus lugares con una miopía e hipocresía
pocas veces vista. De ese modo, en lugar de visibilizar la transversalidad de
la problemática pampeana, solo se incrementó el odio de los unos por los otros,
bajo consignas que poco tienen que ver con el Estado Constitucional de Derecho y
las garantías constitucionales que bajo ninguna circunstancia es plausible
negociar.
En el grupo que integra la
Asociación, se hayan incorporadas diversas visiones de las problemáticas que
decidimos afrontar, pero con especial importancia de quienes trabajan
en aspectos relacionados con la comunicación y los medios, en coordinación con
operadores de Justicia, profesionales del Derecho, docentes, artistas y
deportistas.
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