sábado, 10 de noviembre de 2012

Los sábados, literatura

Fernando del Paso - Palinuro de México (fragmento 2)

Recuerdo que en un párrafo de Tristram Shandy, el escritor inglés Lawrence Sterne (que se sabía de memoria a Locke) se pregunta cuándo las manzanas del granjero comienzan a ser su propiedad: ¿Cuando las siembra? ¿Cuando crecen? ¿Cuando las cosecha? ¿Cuando las pone en la mesa? ¿Cuando las come? ¿Cuando las digiere? ¿Cuando las caga?... Mira, primo: creo que nadie puede, honestamente, dar una contestación definitiva. Y esto, que se aplica a unas manzanas humildes y corrientes (ya no digamos a las manzanas de oro que sedujeron a Atalanta) puede también aplicarse no sólo a tu cuerpo o a cada uno de sus órganos y partes, sino a tu propia vida, a tu vida entera.
¿Tú sabes cuándo tu vida comienza a ser tu vida? ¿Acaso cuando la forma de tu nariz y el color de tu pelo, tu estatura y tu carácter están divididos entre los cromosomas de uno de los cien mil millones de espermatozoides de tu padre —que entre paréntesis cada vez que tu padre iba a un burdel el pobre espermatozoide se la pasaba brincando de un testículo a otro para no ser hijo de puta— y los cromosomas de un óvulo de tu madre, que según la ley de las probabilidades no se debieron encontrar jamás, pero que un día —o una noche, es lo más frecuente—, se juntaron para formar un solo ser: Palinuro, Palinuro el Grande o Palinuro el Pequeño? O lo más probable: ¿Palinuro el Mediocre? ¿O los cinco, diez, veinte Palinuros distintos que eres para los demás según tu relación con ellos haya sido de hijo, de hermano, de amante, de amigo, de enemigo o de casi un desconocido, incluyendo, gracias al bovarysmo o sea al poder que se le otorga al hombre de concebirse de manera distinta a como es, incluyendo, te decía, a los varios Palinuros que sucesiva y a veces simultáneamente tú crees que eres? O quizá debería mejor decir: ¿A los varios Palinuros que ustedes creen que son? ¿Es entonces, dime, cuando tu vida comienza a ser tu vida? ¿Cuando el espermatozoide fecunda al óvulo en la ampolla de la trompa de Falopio? ¿O cuando eres un embrión presomita de 18 días, más parecido a la mismísima vulva de tu madre que a ti mismo? ¿O cuando tienes ya 20 días de engendrado y visto por tu cara dorsal te pareces, por el contrario, más al órgano reproductor de tu padre que a ti mismo –si es que vamos a confiar en las ilustraciones de Ingalls y Heuser? Dime, Palinuro, ¿cuándo comienza tu vida a ser tu vida? ¿A los 23 días, cuando tu corazón comienza a latir? ¿O cuando se unen el septum primum y el septum secundum cerrando así, para siempre, la comunicación entre la aurícula derecha y la aurícula izquierda? ¿O acaso es cuando tienes ya tres meses de engendrado y pasas del período embrionario para graduarte de feto vestido de amarillo? ¿O cuando naces, a los 180 días, para cumplir con el mínimo de viabilidad que señala la ley? ¿O a los 9 meses, para cumplir con la sociedad, y entonces el aire, el aire que es la vida y el soplo de Dios llena tus pulmones y los cambia de color? ¿O tu vida comienza a ser tu vida cuando la comadrona corta tu cordón umbilical de cincuenta centímetros de largo (y que desde luego está torcido en el sentido contrario al que corren las manecillas del reloj como el de todo hijo de vecino) interrumpiendo así la sagrada simbiosis madre-hijo y dejándote solo en el mundo, abandonado como un Tarzán caído de su liana favorita, transformado en un nuevo y único y desahuciado experimento de la Naturaleza? ¿Cuándo comienza tu vida a ser tu vida? ¿Cuando te dan la primera nalgada y respondes con el primer vagido? ¿Cuando tu madre te carga en sus brazos cada mañana y te acaricia la cara con una bocanada fétida (porque acaba de despertarse y es natural que tenga mal aliento) y el oído con palabras dulces, y tú comienzas a aprehender el mundo, y a saber que la felicidad y el terror, lo bello y lo repulsivo pueden ser una misma y sola cosa? ¿O cuando das tus primeros pasos? ¿O cuando dices tus primeras palabras y sabes ya que el agua es agua y tú eres tú? ¿O cuando vas por primera vez a la escuela? ¿O cuando tienes tu primer amigo? ¿O tu primera novia y le acaricias, con las células muertas de la epidermis de tus manos, las células muertas de la epidermis de su cara? Dime, Palinuro, ¿cuándo comienza tu vida a ser tu vida? ¿Cuando tienes tu primera pelea y te duelen los puños? ¿O cuando tienes tu primer muerto y te duele la vida? ¿O cuando llegas a la pubertad y comienzas a perder diez mil neuronas diarias que ya jamás vas a recuperar y se desarrollan tus gónadas y aparecen tus caracteres sexuales secundarios y todas las cosas que te rodean: tu madre, las palabras, los alimentos, se tiñen de sexualidad y el tubérculo genital que comenzó a alargarse desde las primeras semanas de engendrado, después de que se fusionaron tus pliegues genitales, o sea el verdadero omphallus que te une a tu madre y a tu especie, se sigue alargando para confirmar que eres varón; lo que es más, que eres un varón prepotente? ¿Cuándo, Palinuro? ¿Cuando una tarde, bendita y maldita entre todas las tardes te sales de tu casa a los 16 años para comenzar tu vida y descubres que si el mundo no estaba en tu hogar, tu hogar no está en el mundo? ¿Cuando entras a la Escuela de Medicina? ¿O cuando te recibes? ¿O cuando reflexionas sobre tu vida? ¿O cuando te sale el diente del juicio a los treinta años y le juras fidelidad a la Diosa Razón consagrada en Notre Dame y le regalas a tu superego un ramo de normas éticas disecadas entre las páginas de los libros, como tu piel y la de Estefanía? Cuándo, dime: ¿Cuando te casas y sientas cabeza y ya dueño de tu casa, tu televisión y tu automóvil, ya transformado en arquitecto de tu propio destino, ya convencido de que estás viviendo en un mundo regido por una justicia felina en el cual al fin y al cabo hay que comer y pagar impuestos, hacer el amor y morir, y donde tarde o temprano todos los hombres saludan o matan a sus vecinos y los astros se comportan a la altura del nivel del mar, decides entonces engendrar un hijo con tu propia vida? ¿O cuando te haces viejo y llegas al año llamado el Gran Climatérico: el 63 —o el 64— como en la canción de los Beatles? ¿O tu vida comienza a ser tu vida cuando comienzas a perderla? Y en todo caso, ¿puedes decirme cuando se comienza a perder la vida?...
 

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