domingo, 19 de agosto de 2012

En boca cerrada...


Por Juan Pablo Gavazza

Dice Luis Larrañaga que no habla con el periodismo. Ponele que está bien, que ni tiene que dar explicaciones. Pero no sabe cerrar la boca: la abre hasta para no hablar. Y dice, entonces, que no quiere contacto con la prensa porque “después me critican porque hablo mucho”.

Nadie lo critica porque habla mucho, sino porque habla muchas boludeces. O porque cuando habla no dice nada. Ese es el asunto: Larrañaga no habla porque no sabe qué decir. Hasta que no sepa qué es, y a contramano de todo, para Larrañaga la mejor opinión es el silencio.

Ilustración: Sergio Ibaceta, sección "Entre Pocillos", de El Diario

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